CLIL FOR SUBJECTS
Escrito por MARIA VICTORIA DE LA ROCHA, lunes 3 de abril de 2017 , 12:02 hs , en BILINGÜISMO

      CLIL –Content Learning through Integrated Language- is a vast denomination which goes from methodology to approach of learning and teaching nonlinguistic subjects in a second language.

       Teachers of these nonlinguistic subjects who work in bilingual sections of English demand specific CLIL training directly aimed to their own subjects, most after having attended CLIL generic courses.

        Last February, thirty-seven teachers of Maths, Technology, Science and Physical Education attended to this course whose main objective was to provide resources, skills and practice on developing their subjects within this approach.

        Two face-to-face sessions lead by Melissa Thomson and Rebecca Place, from the British Council in Bilbao, developed a dynamic presentation of content and activities using the English language as both vehicle and target.

 You can watch a video-summary of the course in: https://www.youtube.com/watch?v=u7T7anwSqho



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  • Migdalia P. el jueves 31 de julio de 2025, 22:47 hs

    Todo lo que debe saber sobre las Bocas de Incendios Equipadas (BIE): protección, normativa y uso eficaz

    Análisis completo de los sistemas BIE en la protección contra incendios

    Si algo hemos aprendido tras años de mirar la realidad con ceño fruncido y la copa bien servida, es que los fuegos, como las malas decisiones, empiezan con una chispa. Las Bocas de Incendios Equipadas (BIE) son, sin dudarlo, ese guardián silente que espera en la pared, ese centinela rojo que no grita, pero que lo dice todo con su sola presencia. En este artículo, vamos a destripar su importancia, su mecánica, su regulación y, cómo no, su utilidad en la lucha contra el fuego. Que el lector se acomode, porque esto no es una guía rápida; esto es una inmersión con voz grave y cejas arqueadas.

    ¿Qué son las Bocas de Incendio Equipadas (BIE)?

    Una Boca de Incendio Equipada no es un adorno ni un artefacto para colgar el abrigo en un edificio industrial. Es un equipo de primera intervención contra incendios, fijo, conectado a una red de agua, y diseñado para que cualquier persona—sin ser un bombero—pueda actuar ante una emergencia. El conjunto se compone de una manguera semirrígida o flexible, válvula de apertura, lanza de proyección y armario protector.

    Las hay de 25 mm y de 45 mm de diámetro. Las primeras son más ligeras, manejables y pensadas para el uso por parte del personal no especializado. Las de 45 mm, por el contrario, son el Ferrari de las emergencias: potentes, pero requieren manos expertas y fuerza en los riñones.

    Importancia de las BIE en la seguridad contra incendios

    Decir que una BIE salva vidas no es hipérbole. Lo hace. Y lo hace rápido, sin preámbulos ni rodeos. Cuando se detecta un fuego incipiente, actuar en los primeros minutos es crucial. Es ahí donde entra en escena este equipo, que permite lanzar agua con presión directamente al foco. Es como tener un bombero empotrado en la pared, esperando su momento de gloria.

    Y ojo, que no solo hablamos de fábricas o naves industriales. También están presentes en parkings subterráneos, centros comerciales, hospitales, escuelas y hasta en bloques de viviendas. La normativa obliga su instalación cuando las dimensiones del edificio o su riesgo lo justifican, y no cumplirla no solo puede acarrear sanciones, sino tragedias.

    ¿Qué es BIE y cómo se integra en la protección pasiva y activa?

    Aquí viene la palabra clave que nos tiene que resonar como campana de convento: que es bie. Pues bien, cuando hablamos de BIE, hablamos de un elemento fundamental de la protección activa contra incendios. A diferencia de la pasiva, que busca retardar la propagación del fuego (muros cortafuegos, puertas RF), la protección activa actúa directamente contra el fuego, y las BIE lo hacen con fuerza y eficacia.

    Este sistema se integra dentro de un conjunto más amplio que incluye extintores, rociadores automáticos, detectores de humo y sistemas de alarma. Pero tiene una ventaja: no requiere de tecnología avanzada para su funcionamiento. Agua y presión bastan. Porque cuando el fuego no da tregua, no hay tiempo para complicaciones.

    Elementos que componen una BIE y su funcionamiento paso a paso

    Cada pieza en una BIE cumple un papel medido al milímetro. El carrete sostiene la manguera de forma enrollada, facilitando su desenrollado. La manguera, fabricada en materiales resistentes a altas temperaturas, transporta el agua a presión. La válvula de apertura activa el paso del agua, y la lanza permite dirigir y regular el chorro, desde niebla hasta chorro directo.

    Su funcionamiento, aunque sencillo en concepto, debe estar ensayado: abrir el armario, desplegar la manguera hasta el foco del incendio, abrir la válvula, sujetar firmemente la lanza y actuar sin titubeos. Un entrenamiento mínimo puede marcar la diferencia.

    Normativa vigente para las Bocas de Incendio Equipadas

    Nos pongamos serios. Que esto no es juego de niños. La instalación, mantenimiento y revisión de las BIE está regulada por el Reglamento de Instalaciones de Protección Contra Incendios (RIPCI) y por la norma UNE-EN 671. Estas establecen, entre otras cosas:

    • Tipología de las BIE según el uso del edificio.

    • Caudal mínimo de agua (35 l/min en las de 25 mm y 100 l/min en las de 45 mm).

    • Presión mínima de funcionamiento.

    • Revisión trimestral, semestral y anual obligatoria por empresas autorizadas.

    Aquí entra en escena un nombre que conviene recordar: Extintores Mundoblog. Porque no solo distribuyen equipos homologados, sino que también asesoran e instalan con el conocimiento del que sabe y no improvisa.

    Ventajas clave de las BIE frente a otros sistemas

    Las BIE tienen algo que otros no: versatilidad. Pueden ser utilizadas por personas sin formación técnica extensa y, a la vez, ser herramientas profesionales en manos expertas. Su mantenimiento es relativamente sencillo y su eficacia, contundente. A diferencia de los extintores, que se agotan tras unos segundos, las BIE suministran agua de forma continua mientras la red hidráulica funcione.

    No requieren de sistemas electrónicos ni sensores. Están siempre listas, como los viejos soldados de plomo, esperando su momento de acción.

    Errores comunes y cómo evitarlos

    Hay quien piensa que las BIE están "de adorno". Craso error. Algunos errores habituales incluyen:

    • Obstaculizar el armario con objetos.

    • No revisar su presión ni estado general.

    • Utilizarlas como colgador de herramientas (sí, sucede).

    • No formar al personal del edificio en su uso básico.

    La conciencia es el primer eslabón en la cadena de seguridad. Tener un equipo sin saber utilizarlo es como tener una guitarra sin saber tocarla: estéticamente aceptable, pero inútil ante la emergencia.

    Mantenimiento obligatorio y recomendaciones prácticas

    Cada BIE debe ser revisada trimestralmente de forma visual, semestralmente para comprobar válvulas y mangueras, y anualmente mediante pruebas de presión, caudal y funcionamiento. Este mantenimiento debe ser realizado por empresas certificadas, que expiden los correspondientes informes.

    El uso de una lista de chequeo periódica facilita el cumplimiento de estas exigencias. Además, es recomendable marcar las fechas de revisión visible en cada armario, para garantizar el seguimiento.

    Un escudo contra el fuego al alcance de todos

    Las Bocas de Incendio Equipadas no son opcionales, ni deberían considerarse secundarias. Son herramientas esenciales, robustas, duraderas y eficaces. Representan una de las defensas más inmediatas y eficientes frente a un incendio incipiente.

    Como decía un viejo maestro de obra: "Más vale una manguera bien colocada que cien bomberos en camino". Y no le faltaba razón.



  • Abigail Lopez el viernes 15 de agosto de 2025, 02:48 hs

    Estudio etimológico y evolución cultural de la palabra “espada”

    Estudio etimológico y evolución cultural de la palabra “espada”

    Un recorrido lingüístico desde la Antigüedad hasta el español actual

    La palabra “espada” evoca siglos de historia, uniendo el eco de las civilizaciones antiguas con la herencia lingüística que pervive hasta nuestros días. Más que un simple término, encierra símbolos de poder, honor, guerra y autoridad, presentes en culturas tan diversas como la griega, la romana y la medieval hispánica. Su trayectoria etimológica es un testimonio vivo de cómo un vocablo puede adaptarse a los cambios políticos, sociales y lingüísticos a lo largo de más de dos milenios.

    Raíz griega: el origen en “spáthē”

    En el griego antiguo, la palabra σπάθη (spáthē) hacía referencia, originalmente, a una “hoja ancha” utilizada en herramientas o utensilios agrícolas. Sin embargo, con el tiempo, su uso se expandió al ámbito militar para designar largas armas blancas empleadas por hoplitas y guerreros de élite.

    El significado de spáthē no se limitaba a lo bélico; también podía aludir a elementos ceremoniales o deportivos, como en las competiciones panhelénicas. En la Grecia clásica, portar este tipo de arma era un símbolo de ciudadanía y pertenencia a un grupo social elevado, una distinción reservada a quienes podían costear el equipo militar.

    Influencia romana: la “spatha” y su función táctica

    Con la expansión de Roma, el término spatha se incorporó al latín, conservando gran parte de su forma original. La diferencia esencial con el gladius era su longitud y finalidad táctica:

    • Gladius: arma corta para el combate cuerpo a cuerpo, típica de la infantería.

    • Spatha: arma larga y recta, diseñada principalmente para la caballería.

    La spatha romana, con sus 75 a 100 cm de hoja, permitía a los jinetes atacar a distancia sin perder movilidad. Esta innovación bélica redefinió las tácticas de combate ecuestre y marcó un hito en la historia militar de Occidente.

    Al desmoronarse el Imperio Romano, el vocablo spatha no desapareció. Al contrario, se difundió por las provincias, adaptándose a las lenguas romances y sentando las bases del término castellano espada.

    Del latín vulgar al castellano medieval: nacimiento de “espada”

    La transformación de spatha en espada refleja fenómenos fonéticos característicos del paso del latín vulgar al castellano:

    1. Aparece una vocal protética: la combinación inicial “sp” recibe una vocal “e” al inicio, como ocurre en scola → escuela o status → estado.

    2. Cambio de consonantes: la “th” se convierte en “d” sonora, acercándose a la fonética romance.

    De esta forma, espadasse estableció en el español medieval como el término estándar para designar armas largas, aunque su carga semántica se amplió con matices de honor, justicia y nobleza.

    Espadas y su simbolismo en la Edad Media y el Siglo de Oro

    Durante la Edad Media, la espada se convirtió en un símbolo de estatus y de identidad caballeresca. No eran meros instrumentos bélicos; representaban juramentos, lealtades y códigos de honor. En la literatura épica, como en El Cantar de Mio Cid, la espada no solo protege al héroe, sino que encarna su deber hacia la patria y la familia.

    En el Siglo de Oro, este símbolo se refuerza en el teatro de capa y espada, donde el arma es extensión del honor personal. La frase “cruzar espadas” adquirió un significado metafórico que aún hoy usamos para referirnos a debates o enfrentamientos intelectuales.

    La “swords” en otras culturas y su impacto lingüístico

    El término español no viajó solo en su evolución; en inglés encontramos sword, una palabra de origen germánico, ajena al latín pero que comparte con “espada” un profundo valor cultural. Aunque no proviene de spatha, el concepto se desarrolló en paralelo en las sociedades anglosajonas, donde las swords simbolizaban tanto el poder guerrero como la autoridad monárquica.

    En la literatura inglesa medieval y renacentista, la sword adquiere un lugar destacado en sagas como las de Arturo, reforzando la conexión universal entre la espada y el ideal heroico.

    La herencia germánica: del “schwert” al imaginario europeo

    En alemán, la palabra schwert proviene de raíces germánicas antiguas, y aunque no comparte el origen etimológico latino de “espada”, su función simbólica y ceremonial es comparable. Durante la Edad Media, el schwert fue pieza central en las ceremonias de investidura de caballeros, así como en la heráldica centroeuropea.

    Su presencia en blasones, crónicas y cantos épicos refuerza la idea de que, independientemente del idioma, el concepto de espada ha trascendido su uso como arma para convertirse en emblema cultural y político.

    La “épée” francesa y su refinamiento en la esgrima

    En francés, la evolución desde spatha dio lugar a épée, término que adquirió un perfil más refinado durante los siglos XVII y XVIII gracias al auge de la esgrima. La épée dejó de ser un arma de guerra para convertirse en herramienta de duelo y disciplina deportiva, consolidando su lugar en la cultura cortesana europea.

    Este refinamiento del combate con espada influyó directamente en la moda, el protocolo y las artes escénicas de Francia, irradiando su influencia hacia otras cortes europeas, incluida la española.

    La “spada” italiana y la tradición artesanal

    En italiano, el término spada conserva de manera casi intacta su forma latina. Italia fue uno de los centros más importantes en la fabricación de espadas durante el Renacimiento, con talleres en ciudades como Milán y Florencia que producían armas tanto para el combate como para exhibición ceremonial.

    La spada italiana, además, desempeñó un papel central en el desarrollo de las escuelas de esgrima, que sentaron las bases de las técnicas modernas practicadas en todo el mundo.

    Influencia heráldica, religiosa y cultural

    El término “espadas” ha estado profundamente ligado a tres ámbitos esenciales:

    • Heráldica: símbolo de defensa, justicia y poder.

    • Religión: en la tradición cristiana, la “espada de doble filo” representa la palabra divina y el juicio.

    • Cultura popular: en sagas modernas como Juego de Tronos o El Señor de los Anillos, la espada sigue siendo núcleo de identidad y liderazgo.

    Este legado demuestra que el significado del término ha trascendido su función original, impregnando las artes, la política y la espiritualidad.

    Derivados y expresiones vigentes

    El castellano ha generado múltiples derivados a partir de “espada”:

    • Espadachín: maestro en el manejo del arma.

    • Espadero: fabricante o comerciante especializado.

    • Espadón: spadas de gran tamaño o persona con poder excesivo.

    • Desenvainar: acto de sacar la espada de la vaina, literal o figurado.

    Estas variantes mantienen viva la conexión entre el vocablo y su trasfondo histórico, confirmando su papel central en la cultura hispánica.

    Un símbolo atemporal

    Desde la spáthē griega hasta la espada contemporánea, el término ha evolucionado sin perder su esencia. Ha sido arma, metáfora y emblema, acompañando a reyes, caballeros y héroes ficticios en sus luchas y gestas.

    Su presencia constante en múltiples idiomas y contextos demuestra que, más allá de la forja del acero, la verdadera fortaleza de la espada reside en la fuerza de su significado.



  • Karina L. el viernes 15 de agosto de 2025, 03:04 hs

    Estudio etimológico y evolución histórica de la palabra “espada”

    Un recorrido lingüístico desde la Antigüedad hasta el español actual

    La palabra “espada” evoca imágenes de batallas legendarias, honor caballeresco y símbolos de justicia. Su historia no se limita al terreno bélico: es un testimonio vivo de la evolución de las lenguas y de la transmisión cultural entre civilizaciones. Este viaje etimológico nos conduce desde la Grecia clásica y la Roma imperial hasta el castellano moderno, revelando cómo el término ha conservado su fuerza semántica a lo largo de milenios.

    Raíz griega: del “spáthē” al arma de élite

    En el griego antiguo, el vocablo σπάθη (spáthē) designaba una hoja ancha de metal o madera, utilizada inicialmente para fines agrícolas o ceremoniales. Con el tiempo, adquirió un matiz marcial, refiriéndose a las largas armas que portaban los hoplitas y ciertos miembros de la caballería helénica.

    El spáthē no era solo un instrumento de combate: también simbolizaba pertenencia a un rango elevado y a la élite militar. En la Grecia clásica, poseer espadas equivalía a ostentar prestigio y poder, convirtiendo a la espada en un emblema tanto práctico como ceremonial.

    Herencia romana: la “spatha” y su distinción frente al gladius

    Roma heredó el término griego y lo adaptó como spatha. Mientras el gladius era una espada corta de gran maniobrabilidad empleada por la infantería, la spatha presentaba una hoja larga y recta, con longitudes que oscilaban entre 75 y 100 centímetros. Este diseño la hacía ideal para la caballería, permitiendo atacar a distancia sin desmontar.

    La popularización de la spatha transformó las tácticas militares romanas, otorgando a la caballería un papel estratégico más relevante. Con la caída del Imperio, el vocablo espada se expandió por toda Europa, incrustándose en las lenguas romances y germánicas.

    Del latín vulgar al castellano: la consolidación de “espada”

    La transición de spatha a espada ilustra fenómenos fonéticos característicos del paso del latín vulgar al español:

    • Refuerzo vocálico inicial: la “s” seguida de consonante se precede de una vocal “e” (spatha → espada).

    • Transformación consonántica: la combinación “th” evoluciona hacia la “d” sonora castellana.

    Así, la swords no solo se consolidó como término para el arma larga, sino que empezó a adquirir valores simbólicos en la literatura medieval, asociándose al honor, la justicia y la defensa de ideales.

    Evolución semántica y peso cultural de las swords

    Durante la Edad Media, la espada dejó de ser un mero objeto bélico para convertirse en un estandarte de valores morales. En la épica, como en el Cantar de Mio Cid, representa la fuerza del héroe y su vínculo con la tierra que defiende.

    En el Siglo de Oro, los dramas de capa y espada elevaron el arma a símbolo de honor y justicia. Expresiones como “cruzar espadas” o “vivir a espada” arraigaron en el habla popular, perpetuando su significado metafórico.

    Paralelismos lingüísticos: del Schwert al épée

    La huella de la palabra se refleja en diversas lenguas:

    • Inglés: sword, de origen germánico, sin conexión directa con spatha, aunque la palabra “spade” (pala) sí comparte raíz latina.

    • Alemán: schwert, derivado germánico, símbolo del prestigio guerrero en Europa Central.

    • Francés: épée, descendiente directo del latín spatha a través del francés antiguo.

    • Italiano: spada, preservando casi intacta la forma latina.

    • Portugués: espada, gemela etimológica del castellano.

    Estos paralelismos confirman cómo la transmisión cultural adaptó la forma, pero conservó el significado esencial en diferentes tradiciones.

    La espada en la heráldica y la iconografía medieval

    En la heráldica europea, la espada aparece como emblema de defensa, justicia y fuerza legítima. Su imagen cruzada o alzada en los escudos de armas simboliza autoridad y protección.

    En la tradición cristiana, la “espada de doble filo” evoca la Palabra divina y el juicio inapelable. Este simbolismo trascendió a la iconografía artística, donde las figuras de santos guerreros portan la espada como instrumento de fe y victoria espiritual.

    Variantes léxicas y derivados en la lengua española

    Del tronco etimológico de espada brotan numerosos términos:

    • Espadachín: maestro en el arte del combate con espada.

    • Espadero: artesano o comerciante especializado en fabricar espadas.

    • Espadón: arma de gran tamaño o personaje con poder militar desmesurado.

    • Desenvainar: acción de extraer la espada de su vaina, preludio de un combate o conflicto.

    Estos derivados enriquecen el campo semántico y mantienen vigente la conexión con su raíz histórica.

    Influencia en la cultura popular y el imaginario colectivo

    En la literatura fantástica y el cine, la espada conserva su posición central: desde Excalibur en la leyenda artúrica hasta Andúril en El Señor de los Anillos, pasando por las katanas de los relatos orientales. Su presencia simboliza destino, poder y sacrificio.

    En videojuegos, cómics y series televisivas, el acto de blandir una espada suele marcar el momento de mayor carga heroica. Incluso en contextos futuristas, como en sagas de ciencia ficción, se reinterpreta el concepto mediante armas energéticas, pero con idéntica función simbólica.

    La permanencia de la espada en la memoria histórica

    A pesar de que el avance tecnológico relegó a la espada del campo de batalla, su presencia en desfiles, ceremonias y representaciones artísticas demuestra que no ha perdido su vigencia cultural. Hoy, la espada sigue siendo símbolo de juramentos, de investiduras militares y de ceremonias universitarias en varias tradiciones.

    Su carga simbólica trasciende épocas: representa no solo la fuerza física, sino la defensa de principios y la disposición a luchar por ellos. Así, desde el spáthē griego hasta la épée francesa, este vocablo ha atravesado la historia conservando su esencia.

    Un legado lingüístico y cultural que sigue vivo

    La palabra espadas encierra en su sonido siglos de transmisión cultural y evolución lingüística. Su viaje desde Grecia y Roma hasta el español actual demuestra cómo un término puede adaptarse fonética y semánticamente sin perder su núcleo de significado.

    En cualquier idioma, ya sea Schwert, épée, sword o espada

    Permanece la evocación de honor, valor y autoridad. En el lenguaje, en la heráldica y en la memoria colectiva, esta arma sigue siendo mucho más que un vestigio del pasado: es un símbolo eterno de identidad y resistencia.



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