Como asesores del CFPI, tenemos la gran suerte de ver muchos y buenos ponentes en los diversos cursos y sesiones presenciales llevados cabos en el centro en diversos ámbitos educativos.
Este año asistimos a los talleres de Robert Swartz, organizados por el CSFP para centros BITS en el CFIE de Valladolid, teniendo en cuenta que fue unos de los impulsores del TBL (Teaching Base Learning) hace casi 30 años podríamos decir que fue un pionero en un tema prácticamente inexplorado.
Es cierto que muchos son los centros que actualmente están optando por dar un giro a la forma tradicional de enseñar y quizás usando como base el TBL desde edades tempranas.
TBL es un método de enseñanza activo centrado en el alumno que difiere con los métodos de enseñanza tradicional centrados en el profesor y en el que el docente asume el rol principal del aprendizaje y en el que los alumnos únicamente tienen que memorizar contenidos para aprobar exámenes.
Este aprendizaje basado en el pensamiento requiere una enseñanza de procedimientos para realizar hábilmente diferentes tipos de razonamiento (como tomar decisiones, comparar y contrastar, y predecir), además de importantes rutinas de pensamiento (como escuchar con atención a los demás e indicar los motivos para aceptar o descartar ideas), de esta forma serán los alumnos los que pasen a ocupar un rol determinante en su aprendizaje dejando al maestro como mero guía de dicho aprendizaje.
Este método de enseñanza del pensamiento crítico y creativo se aplica en todo el currículum de forma transversal.
Los profesores deben dejar a sus alumnos tiempo para que expresen sus ideas, permitir su experimentación, plantearles preguntas abiertas y sorprenderles con preguntas que susciten su curiosidad, tratando de llevar a los alumnos a la reflexión desde edades tempranas.
La implantación del TBL desde la etapa de educación infantil tendrá un efecto muy positivo en futuros niveles educativos para lo cual es importante que usemos diferentes estrategias a la hora de implantarlo como son:
Razonar de manera lógica, respetar y comprender las opiniones de los demás ya que pueden ser diferentes a la de uno, clasificar objetos según uno o más criterios, plantear ideas con el fin de resolver algún problema, hacer hipótesis sobre cosas o acciones que puedan suceder en un futuro…
Estas rutinas de pensamiento son instrumentos que ayudan a los alumnos a ser activos en su aprendizaje. El uso de TBL no es un aprendizaje aislado, sino que está conectado con el aprendizaje cooperativo.
A través del Aprendizaje Basado en el Pensamiento (TBL) son los alumnos los que aprenden destrezas de pensamiento que podrán serles útiles para la vida y lograr entender el contenido de las materias que estudian de manera más enriquecedora y profunda que en las aulas tradicionales.
Esta forma de trabajar les permitirá tener un pensamiento crítico y obtener unas estrategias de pensamiento reflexivo a la hora de tomar una decisión y ver los pros y contras que conlleva esa toma de decisiones.
A continuación os facilito unos enlaces relacionados con el aprendizaje en TBL.
https://www.elmundo.es/baleares/2017/01/23/5885c1a046163f50258b46ae.html
https://www.elmundo.es/comunidad-valenciana/2015/02/10/54d901f7ca474190438b456c.html
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A veces, todo lo que necesitamos es alejarnos del ruido urbano y sumergirnos en un entorno que despierte nuestros sentidos. Sevilla ofrece una propuesta irresistible para quienes desean una conexión auténtica con la naturaleza. El aire puro, el canto de los pájaros y el aroma de la tierra mojada forman parte del encanto que envuelve las casas rurales de esta provincia andaluza. Aquí no solo se descansa, se vive una experiencia transformadora. Ya sea en pareja, en familia o en solitario, el entorno rural de Sevilla permite reconectar con lo esencial y redescubrir el placer de lo simple.
Las casas rurales Sevilla son mucho más que simples alojamientos; son auténticos refugios en los que el tiempo parece detenerse. Rodeadas de paisajes naturales, olivares centenarios y montañas suaves, estas casas están diseñadas para ofrecer confort sin romper con el entorno. Algunas mantienen la arquitectura típica andaluza con paredes encaladas y techos de madera, mientras que otras incorporan elementos modernos que no restan autenticidad. Ideales para escapadas de fin de semana o vacaciones más largas, muchas de estas casas cuentan con chimeneas, patios interiores y piscinas privadas, haciendo de cada estancia una experiencia completamente personalizada.
Uno de los grandes atractivos del turismo rural en Sevilla es su vinculación con la ganadería brava. Muchas casas rurales se encuentran dentro o cerca de fincas ganaderas donde se crían toros bravos, símbolo de la cultura andaluza. Los visitantes pueden participar en rutas guiadas para conocer el entorno donde pastan estos majestuosos animales y descubrir cómo se gestiona este tipo de explotación de forma sostenible. La conexión entre naturaleza, tradición y vida rural es total. Vivir esta experiencia es entender el valor del campo, de los animales y de las personas que mantienen vivas las costumbres de la región.
Elegir una casa rural Sevilla es apostar por el descanso en su forma más pura. Estas casas están pensadas para que el viajero se sienta en armonía con el entorno. Algunas se ubican cerca de parques naturales como la Sierra Norte, donde es posible realizar senderismo, ciclismo o simplemente contemplar la puesta de sol. Además, el contacto con la flora y fauna local es constante. No es raro ver ciervos, jabalíes o aves rapaces en libertad. Aquí, cada mañana comienza con silencio y cada noche termina bajo un cielo estrellado que difícilmente se olvida.
Las casas rurales en Sevilla no solo ofrecen alojamiento, también son el punto de partida para actividades que promueven un turismo responsable. Desde paseos a caballo hasta visitas a huertas ecológicas, todo está diseñado para disfrutar sin alterar el equilibrio natural. Muchas casas trabajan con productores locales, fomentando el consumo de alimentos de kilómetro cero. Los talleres de elaboración de quesos, pan artesanal o jabones naturales permiten a los visitantes aprender mientras disfrutan. Esta forma de turismo es ideal para quienes buscan experiencias con significado y desean dejar una huella positiva en el lugar que visitan.
Alojarse en una casa rural en Sevilla es también sumergirse en la historia y cultura de la región. Los pueblos cercanos a las casas rurales suelen conservar su arquitectura original, celebraciones populares y una gastronomía que sorprende por su autenticidad. Fiestas locales, mercados artesanales y tabernas centenarias forman parte del recorrido. Muchos alojamientos organizan visitas a bodegas, almazaras y monumentos históricos, permitiendo al viajero conocer una Sevilla que va más allá de lo turístico. Así, la estancia se convierte en una vivencia completa que alimenta cuerpo, mente y alma.
Ya sea para un fin de semana romántico, unas vacaciones familiares o un retiro personal, Sevilla ofrece una gran variedad de casas rurales adaptadas a cada necesidad. Desde alojamientos rústicos hasta opciones más sofisticadas, todas comparten un denominador común: la paz del entorno natural. No importa si buscas desconexión total o aventuras al aire libre, aquí encontrarás lo que necesitas. Despierta tus sentidos con cada amanecer, saborea los productos locales y siente cómo el tiempo fluye de forma diferente. Porque en Sevilla, el turismo rural no es una moda, es una forma de vida.